jueves, 20 de septiembre de 2012

Adelanto de Verónica.









1-          Ambuscade.
     “Sweet dreams are made of these
      Who am I to disagree?
      Travel the world and the seven seas
      Everybody's looking for something” Marilyn Manson.

Caía una tarde de invierno cuando, en el sendero de un frio bosque, cuatro chicas permanecían sentadas sobre las hojas secas y muertas de un árbol, hablando en voz baja, pero rápida, una de ellas parecía ser la líder ya que a diferencia de las demás, solo permanecía escuchando lo que decían las chicas entre risas y tonos auditivamente emocionados. La chica era de piel blanca y cara pecosa, su cabello castaño permanecía amarrado en una cola que asomaba bajo su gorro gris, la malicia era una chispa que brillaba en sus ojos azulados.
-Una por una- exclamo algo cansada.
Las chicas pararon, obedientes, se miraron entre ellas después de unos segundos una chica que portaba gafas dijo con la mirada baja y mientras jugaba nerviosamente con los dedos:
-No se, Andrea, Verónica no hizo nada-
La chica de ojos azulados hizo una cara de sorpresa y pregunto con voz burlona:
-¿Eso que escucho es compasión por la antisocial? ¡Chicas Amelia tiene compasión por ella!
Todas las chicas rieron burlándose, y Amelia se acomodó las gafas avergonzada para decir con voz aun más temblorosa:
-No es eso Andrea, es solo que realmente no hizo nada malo-
Andrea se puso de pie, se sacudió las hojas del abrigo, y bajo la mirada de todas las chicas y se acercó a Amelia para golpearla en la cara, las gafas de Amelia cayeron a un lado, y esta roja de vergüenza solo pudo decir:
-Lo siento-
Andrea levanto la cara y las miro a todas amenazantemente, se aclaró la garganta y comenzó:
-Cuando iniciamos este grupo, todas pactamos que yo seria la líder, y que mis decisiones no serian puestas en juicio, ustedes no son nada, ni nadie para cuestionarme, son feas, gordas, nadie se fijaba en ustedes hasta que yo las acepte como amigas, ¿A quien se lo deben todo?
-A ti, Andrea- dijeron las chicas al unísono, dejando en claro que era algo habitual.
Andrea sonrió satisfecha, después miro con ira a Amelia.
-Esta es la última vez que acepto que me cuestiones estúpida- dijo mirándola -¿Esta claro?
Amelia bajo la mirada y respondió.
-Si Andrea, no pasara de nuevo-
Andrea continúo agitando la cabeza de manera arrogante.
-Verónica es un fastidio, ¿Se han fijado como la ve John? ¿Qué hay de atractivo en una puta que la mitad del día esta callada y la otra mitad esta en casa encerrada?, Yo no permitiré que nada, ni nadie se meta entre John y yo, y no me interesa que Verónica no haya hecho nada aun, el propósito en que ni lo intente. Por eso, vamos a dejarle unas marcas como advertencia.
-Vamos a romperle esa cara de mustia- exclamo emocionada una chica pelirroja, y las expresiones de emoción de las otras chicas le sucedieron.
-Exacto Rose- le respondió Andrea sonriendo –Cuando Verónica pase por este lugar saldremos y la golpearemos hasta que no se pueda parar.
-Seguro no regresa a la escuela- dijo entre risas la cuarta y última chica, de cabellos morenos y tez tostada. Se llamaba Mary.
-Ese es el propósito- le respondió Andrea con una sonrisa de malicia e ira inexplicable en el rostro.
Las hojas crujieron a los lejos. Alguien venia.
Las chicas se tiraron al suelo, Andrea bajo aun mas la voz, se acercaron arrastrándose silenciosamente oyendo las instrucciones.
Mirando alzando las cabezas, y entonces a lo lejos una chica de piel pálida, cabello lacio y negro bajaba con la mirada perdida y audífonos en los oídos, vestía un abrigo de piel oscuro y una falda de cuadros con mallas negras y botas cafés, con la mochila morada escolar al hombro. Iba moviendo los labios, parecía que cantaba, ignorando por completo lo que le esperaba. Chasqueaba los dedos de la mano, al ritmo de la música, sus uñas iban con esmalte morado oscuro.
-¡Es ella!- exclamo Mary, en un susurro excitado.
Andrea movió la cabeza afirmativamente, y la sonrisa de malicia se hizo aun mayor.
Verónica caminaba siempre por ese sendero, ya que su casa estaba a las afueras del pueblo, y tomaba ese atajo para llegar mas rápido, Andrea la había seguido un día antes sin que ella se diese cuenta, y ahora, ahí estaba con sus perras, esperando para atacar cobardemente, cuando Verónica estuviese cerca del árbol.
Iba cantando, con paso lento, sus ojos marrones iban perdidos en los arboles fríos y solitarios, el clima era frio y gris, como una lapida de cementerio, y ella era el epitafio que agregaba hermosura poética a tanta muerte.
Entonces al pasar por el  árbol del sendero, cuatro chicas salieron de la nada, eran Las Perras, como les llamaban los chicos de la escuela, y supo que no estaban ahí para recoger bellotas con ella, asustada se quito los audífonos, y la música de Joy Division se vio eclipsada por aquel momento de miedo y tensión.
-Hola Verónica- saludo Andrea  y avanzo lentamente, mirándola burlonamente, mientras Rose le seguía el paso, solo unos centímetros detrás de ella, también la miraba anunciando lo que venia.
Verónica intento retroceder pero dos chicas ya estaban detrás de ella. Amelia y Mary.
-No vas a ninguna parte- dijo Mary mirándola con desagrado, Amelia solo trago saliva.
Andrea y Rose rieron.
-¿Qué pasa?- pregunto Verónica mientras miraba nerviosamente a las chicas, que cada vez estaban ya cerca de ella.
Andrea se acercó, tomo su hombro, sonrió y tomo el audífono que colgaba.
-¿Qué escuchas pequeña Verónica?- dijo mientras lo ponía en su oído.
-Es… Joy Division- respondió ella, muy seria, pendiente de cualquier sonido, movimiento, alerta.
-Música enferma, para enfermos- dijo, y su sonrisa paso a una mueca, se quito el audífono y dijo -¿Te gusta el dolor Verónica?
Ella la miro fijamente, nadie se metía con su música, ni con ella, entonces, sonriendo desganadamente respondió:
-Un poco ¿Tienen una dosis?-
-Te vamos a dar un poco- dijo Andrea sorprendida pero aun amenazante. y la empujo.
Verónica retrocedió del empujón y por el peso de la mochila cayo al suelo de espaldas, Andrea corrió hacia ella y se monto, la tomo de la cara y le azoto la nuca contra las frías hojas, entre las cuales habían rocas y pedazos de madera, Verónica dio un alarido de dolor, e intento sacársela de encima, golpeando y rasguñando a Andrea, que comenzó a ceder,  las demás chicas reían mientras gritaban insultos; En el bosque nadie podía oír sus gritos. Andrea golpeaba sin tregua, pero Verónica luchaba ferozmente para derribarla de encima, llevaba desventaja solo por el hecho de estar en el suelo, las demás chicas corrieron y comenzaron a patearla por donde podían, solo Amelia se quedo paralizada observando como Verónica era golpeada, Rose tomo la mochila de la chica, arrancándola con brusquedad de ella, pateo su espalda, la abrió y vacío su contenido por el suelo del bosque, pateo los libros, tomo los lápices y los partió por la mitad, Verónica solo podía cubrirse y gemir de dolor, una patada de bota le dio exactamente en la boca, sus labios se partieron y la sangre baño las hojas secas, la voz de Ian Curtis seguía sonando, pero nadie lo escuchaba, así como nadie escuchaba aquella atrocidad...





El escrito entero, estará disponible en octubre 31.

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