“Sweet dreams are made of these
Who am I to disagree?
Travel the world and the seven seas
Everybody's looking for something” Marilyn Manson.
Who am I to disagree?
Travel the world and the seven seas
Everybody's looking for something” Marilyn Manson.
Caía
una tarde de invierno cuando, en el sendero de un frio bosque, cuatro chicas permanecían
sentadas sobre las hojas secas y muertas de un árbol, hablando en voz baja,
pero rápida, una de ellas parecía ser la líder ya que a diferencia de las
demás, solo permanecía escuchando lo que decían le chicas entre risas y tonos
auditivamente emocionados. La chica era de piel blanca y cara pecosa, su
cabello castaño permanecía amarrado en una cola que asomaba bajo su gorro gris,
la malicia era una chispa que brillaba en sus ojos azulados.
-Una
por una- exclamo algo cansada.
Las
chicas pararon, obedientes, se miraron entre ellas después de unos segundos una
chica que portaba gafas dijo con la mirada baja y mientras jugaba nerviosamente
con los dedos:
-No
se, Andrea, Verónica no hizo nada-
La
chica de ojos azulados hizo una cara de sorpresa y pregunto con voz burlona:
-¿Eso
que escucho es compasión por la antisocial? ¡Chicas Amelia tiene compasión por
ella!
Todas
las chicas rieron burlándose, y Amelia se acomodó las gafas avergonzada para
decir con voz aun más temblorosa:
-No
es eso Andrea, es solo que realmente no hizo nada malo-
Andrea
se puso de pie, se sacudió las hojas del abrigo, y bajo la mirada de todas las
chicas y se acercó a Amelia para golpearla en la cara, las gafas de Amelia
cayeron a un lado, y esta roja de vergüenza solo pudo decir:
-Lo
siento-
Andrea
levanto la cara y las miro a todas amenazantemente, se aclaró la garganta y
comenzó:
-Cuando
iniciamos este grupo, todas pactamos que yo seria la líder, y que mis
decisiones no serian puestas en juicio, ustedes no son nada, ni nadie para
cuestionarme, son feas, gordas, nadie se fijaba en ustedes hasta que yo las
acepte como amigas, ¿A quien se lo deben todo?
-A
ti, Andrea- dijeron las chicas al unísono, dejando en claro que era algo
habitual.
Andrea
sonrió satisfecha, después miro con ira a Amelia.
-Esta
es la última vez que acepto que me cuestiones estúpida- dijo mirándola -¿Esta
claro?
Amelia
bajo la mirada y respondió.
-Si
Andrea, no pasara de nuevo-
Andrea
continúo agitando la cabeza de manera arrogante.
-Verónica
es un fastidio, ¿Se han fijado como la ve John? ¿Qué hay de atractivo en una
puta que la mitad del día esta callada y la otra mitad esta en casa encerrada?,
Yo no permitiré que nada, ni nadie se meta entre John y yo, y no me interesa
que Verónica no haya hecho nada aun, el propósito en que ni lo intente. Por
eso, vamos a dejarle unas marcas como advertencia.
-Vamos
a romperle esa cara de mustia- exclamo emocionada una chica pelirroja, y las
expresiones de emoción de las otras chicas le sucedieron.
-Exacto
Rose- le respondió Andrea sonriendo –Cuando Verónica pase por este lugar
saldremos y la golpearemos hasta que no se pueda parar.
-Seguro
no regresa a la escuela- dijo entre risas la cuarta y última chica, de cabellos
morenos y tez tostada. Se llamaba Mary.
-Ese
es el propósito- le respondió Andrea con una sonrisa de malicia e ira
inexplicable en el rostro.
Las
hojas crujieron a los lejos. Alguien venia.
Las
chicas se tiraron al suelo, Andrea bajo aun mas la voz, se acercaron
arrastrándose silenciosamente oyendo las instrucciones.
Mirando
alzando las cabezas, y entonces a lo lejos una chica de piel pálida, cabello
lacio y negro bajaba con la mirada perdida y audífonos en los oídos, vestía un
abrigo de piel oscuro y una falda de cuadros con mallas negras y botas cafés,
con la mochila morada escolar al hombro. Iba moviendo los labios, parecía que
cantaba, ignorando por completo lo que le esperaba. Chasqueaba los dedos de la
mano, al ritmo de la música, sus uñas iban con esmalte morado oscuro.
-¡Es
ella!- exclamo Mary, en un susurro excitado.
Andrea
movió la cabeza afirmativamente, y la sonrisa de malicia se hizo aun mayor.
Verónica
caminaba siempre por ese sendero, ya que su casa estaba a las afueras del pueblo,
y tomaba ese atajo para llegar mas rápido, Andrea la había seguido un día antes
sin que ella se diese cuenta, y ahora, ahí estaba con sus perras, esperando
para atacar cobardemente, cuando Verónica estuviese cerca del árbol.
Iba
cantando, con paso lento, sus ojos marrones iban perdidos en los arboles fríos
y solitarios, el clima era frio y gris, como una lapida de cementerio, y ella
era el epitafio que agregaba hermosura poética a tanta muerte.
Entonces
al pasar por el árbol del sendero,
cuatro chicas salieron de la nada, eran Las Perras, como les llamaban los
chicos de la escuela, y supo que no estaban ahí para recoger bellotas con ella,
asustada se quito los audífonos, y la música de Joy Division se vio eclipsada
por aquel momento de miedo y tensión.
-Hola
Verónica- saludo burlonamente Andrea y
avanzo lentamente, mirándola burlonamente, mientras Rose le seguía el paso,
solo unos centímetros detrás de ella, también la miraba anunciando lo que
venia.
Verónica
intento retroceder pero dos chicas ya estaban detrás de ella. Amelia y Mary.
-No
vas a ninguna parte- dijo Mary mirándola con desagrado, Amelia solo trago
saliva.
Andrea
y Rose rieron.
-¿Qué
pasa?- pregunto Verónica mientras miraba nerviosamente a las chicas, que cada
vez estaban ya cerca de ella.
Andrea
se acercó, tomo su hombro, sonrió y tomo el audífono que colgaba.
-¿Qué
escuchas pequeña Verónica?- dijo mientras lo ponía en su oído.
-Es…
Joy Division- respondió ella, muy seria, pendiente de cualquier sonido,
movimiento, alerta.
-Música
enferma, para enfermos- dijo, y su sonrisa paso a una mueca, se quito el
audífono y dijo -¿Te gusta el dolor Verónica?
Ella
la miro fijamente, nadie se metía con su música, ni con ella, entonces,
sonriendo desganadamente respondió:
-Un
poco ¿Tienen una dosis?-
-Te
vamos a dar un poco- dijo Andrea sorprendida pero aun amenazante. y la empujo.
Verónica
retrocedió del empujón y por el peso de la mochila cayo al suelo de espaldas,
Andrea corrió hacia ella y se monto, la tomo del cara y le azoto la nuca contra
las frías hojas, entre las cuales habían rocas y pedazos de maderas, Verónica
dio un alarido de dolor, e intento sacársela de encima, golpeando y rasguñando
a Andrea, que comenzó a ceder, las demás
chicas reían mientras gritaban insultos; En el bosque nadie podía oír sus
gritos. Andrea golpeaba sin tregua, pero Verónica luchaba ferozmente para
derribarla de encima, llevaba desventaja solo por el hecho de estar en el
suelo, las demás chicas corrieron y comenzaron a patearla por donde podían,
solo Amelia se quedo paralizada observando como Verónica era golpeada, Rose
tomo la mochila de la chica, arrancándola con brusquedad de ella, pateo su
espalda, la abrió y vacío su contenido por el suelo del bosque, pateo los
libros, tomo los lápices y los partió por la mitad, Verónica solo podía
cubrirse y gemir de dolor, una patada de bota le dio exactamente en la boca,
sus labios se partieron y la sangre baño las hojas secas, la voz de Ian Curtis
seguía sonando, pero nadie lo escuchaba, así como nadie escuchaba aquella
atrocidad.
-Ya
basta- dijo Andrea mientras se ponía de pie y observaba a Verónica sangrante en
el suelo, se llevo la mano a la cara y sintió que llevaba marcas de uña y unos
moratones en las mejillas –Creo que con esto le bastara, no te acerques a John -pateo
furiosa el estomago de la chica.
-Toma
eso puta- le dijo Mary, se acercó y escupió a Verónica que apenas podía
moverse, he intentaba tomar aire de nuevo. Rose pateo uno de sus puños, y
levanto los puños como señalando victoria.
Las
perras se pusieron de pie, Amelia permanecía a un lado, jugando con sus dedos
de manera nerviosa mientras contemplaba a Verónica en el suelo, Andrea deparo
de ello. Sonrió maliciosamente.
-Eh,
Ame, ¿Aun entrenas futbol no?- dijo acercándose a ella.
Amelia
asintió nerviosa.
-Bien-
continúo Andrea –No le pusiste ni una mano encima, maldita cobarde de mierda,
solo por eso, tendrás que darle el tiro de gracia.
-¿Tiro
de gracia?- pregunto Amelia mirando con miedo a Andrea.
-Si
¡Chicas! Pongan de rodillas a esa puta- dijo Andrea apuntando a Verónica, Mary
y Rose la tomaron de los brazos y con cierto esfuerzo la pusieron de rodillas
sosteniéndola, puesto que Verónica estaba completamente inútil como para
sostenerse por si sola. Solo sentía el odio en ella, las ganas de tomar una
roca y romper los dientes y cráneos de Las Perras, pero no podía moverse,
sentía el cuerpo dormido, inútil, pero el odio latente, furioso, posible de
todo.
-Quiero
que la patees directamente en la nuca, quiero dejarla aquí, tirada sin moverse,
para que la encuentre algún vago, le gustara la carne joven- comenzó a reír
seguida por Mary y Rose.
Ame
miro de un lado a otro, sabia que no podía hacer algo así, Verónica no les
había hecho nada, ella no tenia la culpa que a John le resultara atractiva,
ella podía ser lo callada que quisiera, ellas no tenia que hacer eso, no tenían
por qué, pero por otro lado, si se negaba la golpeada ahora podría ser ella,
Andrea la hizo bonita, le consiguió chicos, si se negaba la sacarían del grupo…
Temía mas a Andrea que a su conciencia, estaba adiestrada, no podía huir de
ella.
-¡Hazlo!-
el grito de Andrea la saco de concentración, trago saliva y teniendo la
sensación de que se arrepentiría profundamente de lo que estaba por hacer,
corrió para patear a Verónica justo en la nuca, con el empeine, esta cayó de
frente entre las rizas de las chicas, y perdió la razón, para caer en las
garras de la oscuridad.
Las
chicas tomaron sus cosas rápidamente y se retiraron corriendo dejando a
Verónica ahí, Amelia la miro llena de angustia, y corrió detrás de ellas, para
no quedarse sola, mientras la música de JoyDivision seguía saliendo los
audífonos, cantándole a la inconciencia, acababan de firmar un contrato que les
garantizaba dolor y sufrimiento, acababan de derramar un vaso de odio y rencor,
habían jodido a la chica equivocada.